Por Adriana Ramos y Carolina Acevedo

El actual presidente del territorio denominado Argentina, Alberto Fernández, anunció el 13 de julio del corriente año una nueva política pública que reconoce a las mujeres y cuerpos gestantes un año de aporte jubilatorio por las tareas de cuidado realizadas por cada hijx. Con fecha 17 de julio se firmó el Decreto 475/2021, por medio del cual se modifica a la Ley N° 24.241 de jubilaciones, creando el artículo 22 bis, el cual especifica los detalles legales de dicha novedosa medida. De acuerdo a lo publicado en la página web oficial de ANSES, el motivo que fundamenta el mencionado decreto sería que “El Reconocimiento de aportes por tareas de cuidado visibiliza y repara una desigualdad histórica y estructural en la distribución de las tareas de cuidado, reconociendo y valorando el tiempo que las mujeres destinaron y destinan a la crianza de sus hijas e hijos. Esta medida iguala oportunidades y genera las condiciones necesarias para que miles de mujeres puedan acceder al derecho a jubilarse.”

La cita elegida nos invita a pensar por medios de las palabras de la escritora, profesora y activista feminista italo-estadounidense Silvia Federici, quien al momento de rememorar sus primeros acercamientos al movimiento de mujeres menciona: “fui consciente de la importancia que la reproducción del ser humano supone como cimiento de todo sistema político y económico y que lo que mantiene al mundo en movimiento es la inmensa cantidad de trabajo no remunerado que las mujeres realizan en los hogares”. La autora ha iniciado su reflexión en la estela del marxismo en la década de 1960 y hoy es referente de los estudios sobre los acontecimientos históricos que dieron lugar a la explotación social y económica de las mujeres. Leer sus palabras nos permite resignificar no sólo lo citado en el párrafo anterior, sino la frase que pertenece a la misma autora, pero que hoy es casi un dicho popular, que aparece en paredes, memes y otros soportes, que señala: “no es amor, es trabajo no pago”. 

En el desarrollo teórico que realiza Federici en su libro Revolución en punto cero se resalta permanentemente la importancia que conlleva luchar por un salario destinado al trabajo doméstico. La autora remarca la importancia de entender que dicha lucha no se trata de una cuestión economicista, sino por el contrario, debe considerarse como una manera de revolucionar las estructuras del propio capitalismo. Sistema que ha puesto a la mujer como sostén fundamental del trabajo asalariado al asignarles diariamente tareas de cuidado no pagas. Esta lucha representa una forma contundente de decirle al mundo que aquello que se ha romantizado y revestido con la palabra “amor” nada tiene que ver con un destino natural de las mujeres, debiendo señalar que fueron ellas quienes bajo este mandato han debido resignar sus deseos.

El hecho de que el Estado otorgue una jubilación a las mujeres por estas tareas de cuidado representa considerarlas como trabajadoras, en este sentido, entendemos que este decreto dialoga con el postulado principal de la autora, toda vez que ambos hacen referencia al reconocimiento de las tareas de cuidado como un trabajo. Aun así, sin dejar de ser valorada como un avance para muchos casos particulares, es imperioso señalar que la medida aquí tratada sabe a poco. Esto si tenemos en cuenta que la crianza de unx hijx no se limita a un año de trabajo, sino que deberían ser considerados los años que conllevo su crianza completa. Además, se debe señalar que dicha política pública no incluye a aquellas mujeres que se hicieron cargo de las tareas domésticas de un hogar sin haber maternado, o sea, en el sentido de no haber respondido al mandato principal para todo cuerpo con capacidad de gestar. Es importante este señalamiento, toda vez que de por sí hacerse cargo del hogar es sostener la mano de obra del trabajador (hombre proletario, en el marco del análisis de Federici), quien tiene al servicio una mujer que no solo administra, ejecuta y garantiza todas las tareas del hogar, sino que además acompaña desde lo amoroso, logrando por esto, que aquel trabajador sea aún más productivo.   

Todo lo que aquí volcado, es un puntapié inicial para dar lugar a distintas reflexiones, que desde los postulados de Federici, como también desde los feminismos Queer y colectivos disidentes, han aportado al análisis de la problemática de las tareas de cuidado. Es por esto que, a partir de noviembre, Virginia Bolten abre su primer grupo de lectura que tiene como objetivo el abordaje del libro antes citado: Revolución en punto cero.  Elegimos comenzar por acá, por este libro, porque no es solo un desarrollo teórico de la autora, sino un escrito que se fue construyendo a lo largo de sus años de militancia feminista. Porque es una obra que continuamente nos invita a revisar el contexto histórico en el que fue escrito y preguntarnos por la vigencia de sus palabras. Te invitamos a participar de una lectura guiada, acompañada de material audiovisual, artículos, poemas e información que colabora a repensar sus palabras y repensarnos nosotres en nuestro presente. Por más información podés escribirnos por inbox a @periodicovorginiabolten o por mail a “talleres@virginiabolten.com.ar”.