German Romano

En una nueva muestra del colonialismo, el gobierno español se expresó a favor de una autonomía de Marruecos en el territorio ocupado del Sáhara Occidental. Esta posición es contraria a la legislación internacional y al acuerdo negociado por la ONU en 1991.

Días atrás el ministro de Relaciones Exteriores de España, Jose Manuel Albares, declaró que la “autonomía” del Sáhara Occidental bajo la soberanía de Marruecos es la “base más seria, realista y creíble” para resolver la ocupación.

El pueblo saharaui, en cambio, sostiene que la resolución es la implementación del acuerdo de alto el fuego de la ONU en 1991, que preveía un referéndum para la autodeterminación de dicho pueblo.

El Reino de España se suma a la normalización de la ocupación de Marruecos a países denunciados por violaciones a DD.HH. como Emiratos Árabes Unidos (EAU), Estados Unidos e Israel. El apoyo de estos gobiernos a Marruecos en parte se explica por el reconocimiento de soberanía de Israel sobre Palestina. Es decir, intercambiando normalizaciones de ambas ocupaciones.

En el caso israelí, también tiene un basamento en los negocios que realizan empresas con Marruecos como es el caso de Ratio. La corporación Ratio opera en diversos negocios. En el caso de la explotación de gas y petróleo trabaja en territorios ocupados -como el Sáhara Occidental y Palestina- y también en zonas de reclamación territorial -como el caso de Venezuela y el Líbano-.

España,  ocupante hasta 1976 del territorio saharaui, se ha mantenido neutral en el reclamo del pueblo saharaui frente a la ocupación marroquí hasta esta nueva posición. El Frente POLISARIO y el gobierno del Sáhara Occidental emitieron un comunicado donde condenan la modificación de la posición del gobierno español. Asimismo, el principal aliado de gobierno saharaui, Argelia, ha llamado a consultas a su embajador en Madrid.

Comunicado completo

Con enorme asombro, el Gobierno de la República Saharaui y el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro (Frente Polisario) han visto esta tarde el contenido de los dos comunicados emitidos por el ocupante marroquí y el Gobierno de la potencia administradora española, y en consecuencia expresan lo siguiente:

1- La posición expresada por el Gobierno español está absolutamente en contradicción con la legalidad internacional.

Las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Europea de Justicia y todas las organizaciones regionales y continentales, todas, no reconocen soberanía alguna de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.

También, España, junto con Francia, trazaron las fronteras entre el Sáhara Occidental y sus tres vecinos, Marruecos, Argelia y Mauritania., Tiene más responsabilidades jurídicas y políticas que otros en la defensa de las fronteras reconocidas internacionalmente para impedir la expansión marroquí, así como su responsabilidad hacia el pueblo saharaui y las Naciones Unidas. Esta responsabilidad persiste mientras el pueblo saharaui no haya podido ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación e independencia.

La posición emitida en ambas declaraciones carece de credibilidad, seriedad, responsabilidad y realismo, ya que constituye una desviación peligrosa, que viole la legalidad internacional, apoya la ocupación, alienta la agresión y la política de los hechos consumados, así como la huida hacia adelante y pretende legitimar la represión, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y el saqueo de riquezas que persigue Marruecos contra el pueblo saharaui.

Esto se produce en un contexto caracterizado por la gravedad que atraviesa el conflicto del Sáhara Occidental tras la reanudación de la guerra en noviembre de 2020, y el estado de tensión en la zona por la continuación del Reino de Marruecos de sus políticas expansionistas y planes para azotar la seguridad y estabilidad de la región.

2. Este cambio anunciado por el actual gobierno español es el resultado de intensos meses de chantaje marroquí.

Desgraciadamente, en lugar de que Madrid pretendiera restablecer sus relaciones bilaterales con su vecino del sur sobre bases correctas y sólidas, optó por someterse, una vez más, al chantaje marroquí.

3- La posición expresada contiene elementos de suma peligrosidad, como calificar a la propuesta marroquí como “la más seria, realista y objetiva… etc., para resolver el conflicto del Sáhara Occidental”, en claro apoyo al enfoque unilateral, en contradicción con la legalidad y el derecho internacional y la libre práctica democrática por parte del pueblo saharaui en lo referente a su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia.

La declaración del Gobierno español no se quedó ahí, sino que fue más allá, a lo más peligroso al referirse al acuerdo de “respeto a la integridad territorial de los dos países”, que, en el contexto del conflicto del Sáhara Occidental, no es nada sino una clara adopción de la tesis expansionista marroquí.

4. Esta posición afecta de forma muy negativa a cualquier posible rol de España en la solución del conflicto de descolonización en el Sáhara Occidental, y los esfuerzos actuales para reactivar y revitalizar el proceso de paz por parte de las Naciones Unidas. Esperábamos que España, desde la imparcialidad y el sentido de sus responsabilidades legales e históricas, acompañe a las dos partes y al nuevo enviado personal para reanudar el proceso político. Es lamentable que Madrid opte, una vez más, por someterse al chantaje marroquí y acabar con la esperanza que existía, alimentando la tensión y la escalada. 

5- A pesar de todo ello, España no puede desligarse unilateralmente de sus responsabilidades jurídicas frente al Sáhara Occidental y su pueblo, ya que es la potencia administradora del territorio pendiente de descolonización.  Tampoco puede dar la espalda a sus responsabilidades políticas, ya que es el primer responsable del sufrimiento del pueblo saharaui y de todos los pueblos de la zona, que hasta ahora no han podido disfrutar de la estabilidad debido a la herida que ha dejado España en 1975, y que sigue envenenando las relaciones de los pueblos y países de la región.

6- El pueblo saharaui, su Gobierno y el Frente Polisario hacen un llamamiento urgente a las fuerzas políticas españolas y a todos los pueblos de España, para que presionen al Gobierno español con el fin de corregir este grave error, y obligar a Madrid a asumir sus responsabilidades, que no desaparecen con el tiempo: acabar con el colonialismo en el Sáhara Occidental de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, especialmente en lo que respecta al ejercicio del derecho de los pueblos colonizados a la libre determinación y la independencia.

Bir-Lehlu, 18 de Marzo de 2022

El Sáhara Occidental

El Sahara Occidental es un territorio ocupado por el Reino de Marruecos desde el año 1976. En forma previa la potencia ocupante fue España. Durante la dictadura fascista de Franco en el Reino de España se produjeron constantes represiones y asesinatos contra el pueblo saharaui. La ocupación del Sahara Occidental no es reconocida por ningún organismo internacional y hay más de 100 resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la colonización del Sáhara Occidental.[2] 

Más de 85 países reconocen La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), no obstante, a pesar de las diversas resoluciones de la ONU, la ocupación y el régimen de apartheid continúan. Ningún país miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU reconoce la RASD. Sobre los motivos de la ocupación, Malainin Lakbal, miembro del observatorio saharaui de recursos naturales, expresa: “el Sáhara Occidental es un territorio muy rico, con todo tipo de recursos, renovables y no renovables. Esta es una de las principales razones, respaldado por Francia por supuesto”.  Sobre el motivo del apoyo de Francia a la ocupación plantea: “también somos un objetivo para Francia, porque quiere tener un Marruecos fuerte para conservar un cierto equilibrio y no permitir que Argelia se convierta en la principal potencia en el norte de África”.