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La empresa detrás del negocio de lugares de encierro de personas en Argentina

German Romano

El punitivismo tiene consecuencias directas contra las personas privadas de su libertad y sus familias. En este territorio, como informamos previamente, se viene incrementando en forma acelerada la cantidad de personas en lugares de encierro. Regalan miedo para vender seguridad y hay varias empresas que se benefician del padecimiento de este sistema punitivo, utilizando medios de comunicación hegemónicos para generar una opinión pública que apoye más cárceles y más encierro.

Entre quienes ganan dinero con el encierro se destaca un empresario, Mario Montoto, quien tiene una red de empresas que vende máquinas de matar y sistemas de vigilancia y control. Desde su rol como Presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Israelí, se vincula con empresas denunciadas por sostener el régimen de Apartheid israelí contra el pueblo palestino, comercializando sus productos en la región. Montoto tiene una columna semanal de su editorial DEF en Infobae, periódico que se caracteriza por el temor que insufla en las personas con sus notas. Este empresario inclusive está asociado a la legislación de la ley antiterrorista en el territorio denominado Argentina.

Montoto fundó hace, más de 25 años, la empresa Surely S.A. con la cual es uno de los principales proveedores de sistemas de control y vigilancia para lugares de encierro en la región. Los productos que comercializa son pulseras electrónicas, tobilleras con GPS y botones antipánico. Surely S.A. ha realizado 144 importaciones al territorio sudamericano. De las cuales 79 corresponden a la sede uruguaya de la empresa en Carrasco, en este caso, todas las compras fueron realizadas a empresas de Israel según informes comercial de la consultora SEAIR.

En el caso del territorio denominado Argentina, gracias a la consulta de documentos de la consultora Veritrade, en los últimos 5 años Surely S.A. importó un valor próximo a los U$S5 millones, representando Israel un 97% del origen de las compras. Las compras de máquinas de matar y sistemas de control se incrementaron notablemente durante el gobierno de la alianza CAMBIEMOS, para dar cuenta de esto, en el año 2016 fue el record de importación de la empresa Surely con un valor de U$S3 millones. El 25 de noviembre de 2019, a días de la finalización del mandato del gobierno macrista, se le concedió a Surely S.A. un contrato por casi $4300 millones ($4.298.280.000), según la licitación pública 01/19 por una duración de dos años.

La empresa Surely en Argentina tiene contratos con la mayoría de las provincias. Para dar magnitud de las contrataciones, también a días de la finalización del mandato en la Provincia de Buenos Aires de Maria Eugenia Vidal, el 28 de octubre se publicó en el boletín oficial la contratación de Surely por un monto de $1.470.804.000 durante dos años, pero con la posibilidad que se extienda un tercer año con un incremento del 100% del presupuesto. Este contrato contempla el control de 2000 personas privadas de su libertad. La compra se realizó mediante el decreto 1344-GPBA-19.

En este territorio durante la actual gestión de Horacio Rodriguez Larreta, en la Ciudad de Buenos Aires, también han realizado importantes compras a Surely, en mayo de 2019, mediante la licitación pública N° 2900-1379-LPU18 se adjudicaron sistemas de control por U$S 1.476.000. Fue en esta ciudad donde se realizó la prueba piloto en junio de 2015, durante la gestión de Macri, que dio inicio a este tipo de vigilancia de personas. Surely también tiene importantes contratos en Uruguay. La metodología es similar que en Argentina, se inicia un contrato y en forma posterior el mismo es renovado como la licitación pública 12 del año 2012 por un monto de más de U$S600 mil dólares.

 
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Alberto Fernandez: “No estoy contento por crear cárceles, estoy conforme”

German Romano

Durante una actividad pública donde inauguró 364 nuevos espacios en las cárceles de Florencio Varela, Magdalena y San Martín, Alberto Fernandez anunció la realización de 2 mil plazas de encierro en los próximos meses.

En una actividad similar en mayo, Fernandez  expresó sin dejar dudas su posición respecto de los lugares de encierro, “La pena es la lógica consecuencia del delito. Quien delinque merece una pena, es el modo que tiene la sociedad para recomponer el orden que se altera ante el delito”, continuó también de modo contundente “Necesitamos construir cárceles porque si el delito crece, más gente será condenada”.

Estas declaraciones se dieron en el marco de una aceleración en los últimos años de personas privadas de su libertad en el territorio denominado Argentina. Entre los años 1997 a 2015 se incrementó en un 145% las personas en lugares legales de encierro. Entre los años 2008 a 2016 el crecimiento anual fuel 3% pero a partir del año 2017 el aumento ha sido superior al 10% anual.

En la actualidad en este territorio hay más de 100.000 personas encerradas teniendo en cuenta el sistema punitivo federal, provincial y comisarias. Según el último informe del servicio penitenciario, en el año 2018 murieron en condición de encierro 266 personas, en un contexto de hacinamiento, en deplorables medidas de higiene y sin que se brinden cuidados a la salud; algo que se profundizó durante la actual pandemia.

Respecto de las persecución del sistema punitivo, en su mayoría las personas encerradas tienen menos de 30 años y en los últimos años el segundo lugar  de frecuencia de causas son vinculadas a drogas no legales. Es decir, el Estado que penaliza drogas no persigue a grupos narcos sino a jóvenes que luego condena en promedio a seis años en lugares de encierro.  Asimismo, según las estadísticas oficiales, el 43% no tenía trabajo al momento de la detención y el 39% trabajaba de forma precaria.

A pesar de esta situación y según las declaraciones y la línea del actual gobierno, es de esperar que se agudice el punitivismo en un momento de crisis social frente a la extrema situación que lleva la pandemia de la COVID19.

En el mundo hay más de 11 millones de personas privadas de su libertad, con un incremento del 30% en los últimos 30 años. Esto es una industria que la sociedad aún no se plantea como solucionar, lo que mantiene vigente el abolicionismo penal.

En una próxima entrega, hablaremos sobre los empresarios detrás del negocio del encierro de personas en Argentina y Uruguay. Siendo el mayor beneficiado, Mario Montoto quien es uno de los mayores vendedores de máquinas de matar en este territorio y Presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Israelí. Un dato para dar cuenta de esto, solo por los sistemas de control electrónico de tobilleras y pulseras, el gobierno argentino le abona a su empresa Surely S.A. 45 millones de pesos mensuales.

 
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Asesinan a 23 personas en lugares de encierro en Colombia

German Romano

El Covid-19 ha llegado a Colombia y con ello las medidas de mayor control estatal contra las 180 000 personas que se encuentran en lugares de encierro hacinadas, ya que solo hay espacio para 70 000. El 12 de marzo Iván Duque, presidente colombiano, prohibió las visitas de familiares a personas en cárceles. Esto generó el inicio de protestas en varias cárceles, entre ellas, de varones: Modelo, La Picota, Cómbita, Picaleña, Jamundí, Pedregal y Bellavista, de mujeres: el Buen Pastor, de Bogotá. Los reclamos son contra esta medida, solicitud de medidas de higiene, poner fin al hacinamiento y medidas extremas para la protección de las 2 919 personas de más 65 años en lugares de encierro.

Las fuerzas represivas del Estado dieron por finalizadas las protestas con sus formas habituales y, según indicaron fuentes del gobierno, hubo 23 muertes y 83 personas heridas. No obstante, desde los lugares de encierro y familiares de las personas encarceladas declaran que son más de 30 las personas asesinadas.

En la cárcel de mujeres llamada Buen Pastor, se restringió el ingreso de encomiendas. Esto inició una serie de protestas ya que como indican quienes se encuentran allí encerradas, los envíos del exterior son su principal fuente de acceso a elementos de aseo. El estado que las encierra no les brinda ni aún en época de pandemia estos artículos. A partir de esta situación se inició una protesta que terminó con 15 mujeres heridas. En declaraciones al diario El Espectador una persona privada de su libertad denunció la represión, “Llegaron unos 40 guardias con Fuerza Disponible, escudos y gases. No los íbamos a dejar entrar, entre otras cosas, porque no tenían ni siquiera un tapabocas. El mayor empezó a gritarnos, le dijimos que se pusiera un tapabocas, nos gasearon, nos echaron los gases hacia la cara, hacia la piel, por eso nos quemaron”.

En la cárcel denominada La Picota, hubo también protestas que como indica CSPP (Comité de Solidaridad con Los Presos Políticos) fueron pacíficas, a pesar de esto también se reprimieron las protestas. En declaraciones a medios de comunicación una persona encarcelada detalló el motivo de los reclamos, “Acá adentro hay un incendio en el patio de los sindicados, la razón de la pelea es porque el Inpec nos está violando los derechos a la visita a la libertad, a la expresión, a la salud, la alimentación y los traslados”.

El día 23 de marzo, el CSPP difundió una carta pública dirigida a Duque donde detalla lasituación histórica en las cárceles colombianas, “Colombia durante años ha arrastrado una problemática estructural en su política Criminal y Penitenciaria, así lo ha reconocido la Corte Constitucional en diversos pronunciamientos sobre la violación sistemática y generalizada de los Derechos Humanos en las prisiones colombianas, que la ha llevado a declarar y reiterar la existencia de un estado de Cosas Inconstitucional, el cual hasta hoy persiste”. Las medidas para prevenir la transmisión del Covid-19 se enlistan en los siguientes puntos: 1. Estrategia de reducción del hacinamiento carcelario, 2. Estrategia para la prevención de contagio dirigida a la población que permanecerá, 3. Estrategia de respuesta ante eventuales contagios. La carta firmada por más de 170 organizaciones finaliza detallando la preocupación por la represión en las cárceles a partir de “las distintas expresiones de protesta en los establecimientos de reclusión, donde se han manifestado preocupaciones razonables por las medidas de gobierno ante el inminente riesgo de un contagio masivo de COVID-19”. Aún no ha habido respuesta del gobierno a los reclamos más que la represión.

 
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Los lugares de encierro en momentos de cuarentena por Covid-19

Reclamos de familiares de personas encerradas

EDITORIAL

En varios territorios los gobiernos con sus tipos de democracia han dictado cuarentena y aislamiento social para detener la propagación del virus Covid-19. No obstante, esta situación no es nueva para muchas y muchos, en el mundo hay más de 11 millones de personas que se encuentran en lugares de encierro privadas de su libertad. La cantidad de personas encerradas se incrementó más de un 30% en los últimos 20 años, siendo  que hubo un aumento aproximado de 50% de mujeres y 20% de varones.

La situación en los lugares de encierro es prácticamente similar a nivel mundial, un sistema privatizado con denuncias de torturas y muerte. Como ejemplos se puede recordar lo sucedido en Brasil, la cuarta mayor población carcelaria del mundo con 622.202 personas en régimen de encierro. En el año 1992, se produjo una de las mayores masacres de la historia carcelaria mundial. Conocida como La Masacre de Carandiru –Casa de Detención de San Pablo—. La masacre se realizó por una intervención de la policía para resolver un supuesto conflicto entre los detenidos, que resultó en la muerte de 111 personas, ningún de ellos agentes de la policía. En el territorio denominado Argentina, En 2005, en un incendio en la cárcel bonaerense de Magdalena, murieron 65 personas privadas de su libertad, no falleció nuevamente ningún agente penitenciario. En 2017, en comisaría 1ª de la ciudad bonaerense de Pergamino, 7 personas murieron en un  incendio —todas personas privadas de su libertad—.

En el contexto de intentos por detener el avance del Covid-19, una vez más queda nítido el desprecio de las existencias excluidas y encerradas por parte de los gobiernos; no se tiene en cuenta la propagación del virus en las cárceles. Como respuesta a esto hay reclamos de las personas encerradas en diversos territorios solicitando medidas de prevención.

En la penitenciaría de varones 1 de Santiago de Chile, días atrás, hubo un motín exigiendo que se mejoren las condiciones higiénicas y liberación de presos ya que expresaron que hay casos de Covid-19. La respuesta fue mayor represión. También se registraron protestas en lugares de encierro para mujeres, ya que el gobierno está sacando las niñas y niños por posibles contagios de Covid-19 sin el consentimiento de las mujeres privadas de su libertad. Esto lo están haciendo a través del Servicio Nacional de Menores (Sename). En este organismo del Estado según una investigación oficial, en el año 2017 hubo 2071 casos de violencias siendo 310 de violencia sexual, asimismo entre 2005 y 2016 murieron 1313 niñas y niños en los centro del Sename.

Reclamos en Módena -Italia

En el territorio italiano, país con mayor cantidad de muertes por Covid-19 a nivel global, hay protestas y reclamos en forma simultánea en 27 lugares de encierro solicitando indulto o poder tener prisión domiciliaria. La respuesta de las fuerzas represivas del Estado fue coacción, en la cárcel de Módena asesinaron a 6 personas.

En Brasil hubo varias protestas en San Pablo, en los lugares de encierro de Mongaguá, Tremembé, Porto Feliz y Mirandópolis. El reclamo se inició a partir de la respuesta del gobierno de restringir las salidas para personas con régimen semiabierto.

Frente a una pandemia que tiene como principales efectos la muerte de quienes no cuentan con asistencia sanitaria y un incremento de la pobreza, la respuesta de los gobiernos es decidir a quienes se asistirá, desde Virginia Bolten nos preguntamos: ¿hasta cuándo seguiremos con este sistema genocida?