Por Vivian Palmbaum

La crisis hídrica se profundiza en todo el país. En la provincia de Chubut y la región patagónica, están afectadas las cuencas de los ríos Senguer y Chubut. Una situación que se invisibiliza y se omite deliberadamente cuando se consideran los proyectos extractivos que necesitan de ese vital recurso.  

Desde hace más de 15 años la Patagonia padece de una crisis hídrica, fruto de la sequía y de un manejo depredador. Al mismo tiempo, desde los Estados provinciales y nacionales, se impulsan proyectos extractivos para áreas como Chubut y distintos territorios de la Patagonia, sin tener en cuenta a sus poblaciones que se oponen,  porque entienden que sin agua no hay vida.  

Entrevistamos a Silvia Leanza, de la Fundación Ecosur, habitante de la Patagonia, prof. en Geografía y Educación Ambiental, especializada en el análisis de la organización del espacio y el territorio con los problemas socioambientales.

¿En qué situación se encuentran hoy las cuencas de Chubut? 

Todos los ríos patagónicos, como las cuencas del río Chubut y del río Senguer,  tienen sus nacientes en áreas glaciarias. En un gran tramo, cuando entran en la meseta (Chubut), no reciben más agua por varias razones: porque no hay precipitaciones, y porque el alimento básico son el agua de deshielo y las lluvias invernales y esto ha cambiado, además de haber disminuido la cantidad de precipitaciones. 

Como lo  revela el Informe Técnico sobre la situación socio ambiental de las cuencas de los ríos Senguer y Chubut presentado por el Grupo Técnico del Comité de la Cuenca del Río Chubut en diciembre de 2021,  “en el último año se han cuantificado déficits de precipitación mayores al 85% y  55% en las cabeceras de estas cuencas, regiones donde se produce el agua que alimenta los principales cursos superficiales”.

Leanza explica sobre los distintos destinos del agua. “Hay toda una intervención muy importante sobre estos ríos, que son los desvíos de agua, sea para las estancias más grandes y las que tienen cabaña y cultivo de forrajeras bajo riego. Eso está mal regulado y no controlado. Muchos de estos desvíos son clandestinos y el gobierno provincial y los organismos responsables, como el Instituto Provincial del Agua de Chubut, no intervienen. Por otro lado, en la cuenca baja y media del Senguer, donde está el lago Musters y el antiguo lago Colhue

Huapi -que se ha secado- y  hasta la costa, hay actividad petrolera que toma agua en algunos sectores de la cuenca, donde en general no hay control, salvo que declaren el consumo del agua y paguen, aunque el canon es muy bajo también. Después están las intervenciones en los pozos de las napas freáticas, que contribuyen a alimentar los ríos y los lagos,  pero también están intervenidas”. 

A la situación se le suma un negocio actual, el agua de vertientes para vender. “Agua pura de manantial”, dice la propaganda: las aguas envasadas. Hay varios negocios vinculados a la extracción del agua a lo que se suma la situación de crisis hídrica, explica.

¿Qué incidencia tienen los factores climáticos en la crisis hídrica?

El cambio climático no implicasolo factores como la escases de precipitaciones níveas y pluviales, sino también la variación estacional, y en este momento hay una alta variabilidad meteorológica (días de mucho frio que se siguen de calor) y la nieve que puede llegar a caer se derrite a la semana o se evapora rápidamente. En los lagos también se produce una disminución del agua por la falta de alimentación  como por evaporación, debido a los procesos de cambio climático y el aumento generalizado de la temperatura, y por otro lado se produce el viento, que también ha aumentado en frecuencia y velocidad, que también favorece la evaporación. 

El ciclo se retroalimenta por falta de controles a la actividad humana, porque se sigue extrayendo el  mismo volumen de agua, entonces tanto los cauces como  los lagos pierden volumen y caudal de agua.  

Además, el acueducto de 250 km fue una obra que resolvió el problema para las localidades de Comodoro Rivadavia, Rada Tily y Caleta Olivia que se proveen del lago Musters. Pero, el aumento de la población urbana, hizo que el volumen de agua consumida sea mayor.  

Según la tradición comodorense buscando agua encontraron petróleo, pero es un mito local.

El manejo del recurso hídrico tiene una serie de variables. Leanza suma algunos elementos más a la evaluación, “pretenden concretar proyectos, como un dique o un azud y obras que son extemporáneas. Falta agua, pero el peor factor en esta escasez es el político institucional. Que la gente siga pensando que el agua es un recurso infinito es un tema de educación también. Las empresas hacen lo que les conviene y lo que el Estado y sus instituciones los deja hacer. La política de la corrupción es el peor elemento de la gestión del agua”. 

La crítica situación de las cuencas es seguida por las “asambleas locales por el agua”, que vienen estudiando el tema y tienen información precisa,  porque soportan las consecuencias de la crisis hídrica. El Observatorio por la Cuenca del Rio Senguer está funcionando desde el año pasado en la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, que firmó un convenio con la cooperativa que gestiona el agua, Sociedad Cooperativa Popular de Comodoro Rivadavia, para iniciar acciones destinadas a mejorar la situación. Las asambleas por el agua se autoconvocaron para acercar sus voces y visibilizarse como actores necesarios en este proceso y finalmente fueron invitadas a unas jornadas de trabajo que se realizarán en el mes de junio.   Javier, uno de los asambleístas expresó: “Como ciudadanos creemos importante nuestra presencia para traspasar esa barrera que excluye a la ciudadanía del ámbito académico”.