Por Guillermo Martinez

Donald Trump reconoció Al-Quds (Jerusalén) como capital de Israel, con la complicidad y apatía de la comunidad internacional y haciendo caso omiso a varias resoluciones de la ONU que no permiten trasladar sedes diplomáticas a la mencionada ciudad. La confirmación de las intenciones de Trump generó protestas y la resistencia del pueblo palestino. Para el momento de esta publicación, se cuentan en más de 900 heridos por las armas represivas israelíes; tan solo en Cisjordania. Las imágenes de las protestas palestinas, no hacen más que confirmar la las consecuencias de la pasividad internacional a la ocupación más prolongada del siglo XX continuada en el siglo XXI. Un pueblo ocupado, desarmado, resistiendo contra los designios de la mayor potencia mundial y una de las mayores potencias militares del mundo. SIBAT la empresa dependiente del ministerio de defensa israelí, exporta armas, sistemas de represión y control y llama la masacre del pueblo palestino “armas probadas en campo” como indica su página web.

La decisión de Trump valida el genocidio contra el pueblo palestino a partir de reafirmar la alianza de EE.UU. con quien se encuentra denunciado en argentina por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, Benjamín Netanyahu. No obstante, la alianza con Israel se ha mantenido y reforzado en todos los gobiernos de EE.UU. Un ejemplo nítido de esta alianza, es la entrega de U$S35 mil millones de la administración Obama para la compra de armas antes de dejar el cargo de Presidente.. Este triunfo declarado por Netanyahu se realizó días posteriores a una manifestación exigiendo su renuncia.

El día sábado 4 de diciembre, se realizó en Tel Aviv una protesta con la participación de decenas de miles de personas contra la corrupción y la impunidad de Benjamín Netanyahu. La manifestación fue en respuesta a un proyecto de ley de aliados del partido gobernante Likud. El proyecto de ley establece que las investigaciones policiales no pueden recomendar acusaciones a la fiscalía, así como tampoco filtrar sus investigaciones a los medios de comunicación. Este proyecto de ley se presentó mientras Netanyahu es investigado por regalos realizados por el empresario Arnon Milchan y sobre las sospechas de un acuerdo confidencial con el medio Israel Hayom para su protección en detrimento del medio competidor, Yedioth. El medio gráfico Israel Hayom está vinculado a Sheldon Adelson, quien fue el mayor donante en la campaña de Donald Trump y dueño del único medio importante de EE.UU. que apoyó su campaña. En numerosas notas Virginia Bolten, detalló los vínculos de Sheldon Adelson con Donald Trump.

El empresario denunciado, Arnon Milchan, es un productor de la industria del cine en Hollywood y agente encubierto israelí. Entre sus películas más conocidas están: Erase una vez en América, El club de la pelea y Mujer bonita. En el libro “Confidencial: La vida del agente secreto convertido en el magnate de Hollywood Arnon Milchan”, escrito por Meir Doron y Joseph Gelman, publicado en 2011, se detalla los servicios realizados por Milchan. Miembro pleno de la agencia de inteligencia ultra secreta de Israel, Lakam, Milchan realizó compras para el desarrollo, construcción y mantenimiento del arsenal nuclear israelí. En un reciente documental llamado Uvda Milchan expresó “¿Sabes lo que es ser un niño de 20 y tantos años y su país lo deja ser James Bond?”. Shimon Peres, ex presidente israelí fue, según detalla la entrevista realizada para el libro, quien reclutó a Michman.