Efraín González Téllez

El domingo 2 de mayo, el gobierno de Ivan Duque pidió el retiro del proyecto de reforma tributaria luego de las protestas masivas que se llevaron a cabo desde el 28 de abril hasta ese día en Colombia; esto luego que policías y militares asesinaran a distintas personas en varias ciudades del país, hiriendo cientos más y dandose casos de violencia sexual.

El pasado 15 de abril el Ministro de Hacienda había presentado al Congreso de la República un proyecto que venía elaborando meses atrás, el que incluía: incrementar el IVA del 5% al 19% a la gasolina, ampliar el impuesto de renta escaladamente a salarios de dos millones y medios de pesos (650 dólares), ampliar impuestos a las pensiones y varias otras modificaciones más al sistema tributario del país. Esto en medio de uno de los momentos de crisis económica más agudos de los tiempos recientes, donde el 14.2% de la población está desempleada y el 42.5% de la población vive bajo la línea de pobreza.

El momento para presentarla no podía ser el más equivocado: el país atraviesa las cifras más altas de muertes con días cercanos a las 500 personas y un total que ya pasó los setenta mil decesos. No se alcanza a entender si fue cinismo pensando que era un momento que nadie protestaría pero, cualquiera que haya sido el cálculo de la respuesta, nunca previeron lo que sucedió.

Aunque ya las redes sociales estaban activas en contra de la reforma desde que se presentó, el momento álgido de movilización se dio el 28 de abril, día en que el Comité Nacional de Paro (que agrupa a las principales centrales obreras, organizaciones de pensionados y algunas organizaciones sociales) convocó a realizar marchas en todo el país para rechazar la medida. Cómo ya ha pasado en otras oportunidades los últimos años, y que describimos en nuestro periódico en 2019, la convocatoria no solo rebasó las expectativas sino que integró a muchísimos más sectores que iniciaron el llamado original, al punto que se volvió una movilización de cientos de miles de personas en todo el país. Con la pretensión de mantener el paro como indefinido el Comité Nacional de Paro, tras evaluar la jornada como satisfactoria, mantuvo la llamada a movilizaciones para el 29 e hizo un llamado a una nueva jornada de paro el 19 de mayo.

El seguimiento del segundo día no fue tan masivo como el anterior a nivel nacional, pero en ciudades como Cali no solo permanecieron resistiendo sino que en muchos casos se rebasó la represión de la policía al punto que esta debió retirarse de algunos puntos. Justamente por las formas en que los y las manifestantes enfrentaron la represión estatal durante el 28 y el 29 el expresidente Alvaro Uribe hizo un llamado a que se permitiera el “derecho de soldados y policías a utilizar sus armas”, el cual coincidió con el asesinato de varios manifestantes en Cali y heridas graves contra cientos de manifestantes a lo largo del país. Aunque el Comité Nacional de Paro no había convocado movilizaciones para el 30 de abril y explícitamente hicieron un comunicado afirmando que no convocaban movilizaciones para el 1 de mayo (argumentando razones de bioseguridad e invitando a protestas virtuales), ya el paro había dejado de ser hace mucho lo que ese espacio determinaba, por lo que ambos días volvieron a darse manifestaciones multitudinarias. Frente a esta tenacidad demostrada por la gente, el presidente Duque anunció alrededor de las 4 de la tarde del 1 de mayo la participación del ejército en el control de las protestas, no solo provocando más violencia en el choque contra los manifestantes sino el uso de armas de fuego para reprimirles.

En el caso de Bogotá, una de las manifestaciones que ese día se dirigía con más de 5000 personas en dirección a la vivienda del presidente fue brutalmente reprimida, al igual que se hizo con manifestaciones en otras partes de la ciudad a esa hora. La amenaza de usar la fuerza militar para aplacar las protestas no detuvo que se convocaron de nuevo para el 2 de mayo; Sin embargo, en este último día de protestas, y en medio de la tensión que generó la militarización al mismo tiempo que se realizaban movilizaciones a nivel nacional, el presidente Duque anunció en una alocución presidencial que retiraba el proyecto de reforma tributaria. Muchos de los barrios de las distintas ciudades que se mantuvieron movilizadas entraron en una manifestación de alegría por haber logrado el objetivo.

Sin embargo, esta pequeña victoria se ve empañada por la masacre que se está cometiendo; la ONG Temblores denunció como a lo largo de estos días se les notificaron las siguientes violaciones de derechos humanos:

Hay que entender que estas cifras corresponden únicamente a las recogidas por organizaciones de derechos humanos, pero las mismas estuvieron desbordadas todos estos días haciendo acompañamiento en todos los lugares donde se reprimió a las personas. Por lo que el estimado al menos de personas heridas y muertas seguramente es mayor a las cifras registradas.

A pesar del anuncio de retiro de la reforma tributaria, varias organizaciones sociales del país mantienen las movilizaciones ya que además en el Congreso se tramita otra reforma al régimen de Salud; así mismo, varias organizaciones y personas sostienen la necesidad de mantener la movilización para impedir la impunidad frente a las violaciones de Derechos Humanos cometidas durante el paro. Frente a esto el 3 de mayo el Comité Nacional de Paro solicitó formalmente el retiro de la reforma a la salud y el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) por la responsabilidad en la represión de estos días.

A continuación una galería fotográfica de las manifestaciones estos días en Bogotá, tomadas por la fotógrafa Nathalia Sie, pueden segirla en su instagram