Por Marcela González Marcos

El pasado 30 de abril, en un contexto actual de situación pandémica, y con la repentina muerte del ministro de transporte de la nación, Mario Meoni, venció la concesión del servicio de dragado, balizamiento, señalización y cobro de peajes de la Hidrovía Paraguay-Paraná, otorgada y administrada por la empresa belga Jan de Nul, desde los años 90, en la dura etapa neoliberal del menemato. Y se confirmó la prórroga por 90 días de dicha concesión, para avanzar en los pliegos de la nueva licitación.

Por aquellos fatídicos años 90, con el propósito de alentar obras para el desarrollo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el corredor fluvial, pasó a convertirse en el más importante de la región. Dando lugar a un elevado porcentaje de exportaciones agroindustriales (80%).

Pero no todo es tan bonito como parece, porque hablar de la hidrovía es hablar de contrabando, de fuga de capital, de lucha popular, soberanía alimentaria y pérdida de reservas naturales y ecosistemas, que se extienden a lo largo de sus 3400 km de longitud. Temas que siguen siendo ocultados, postergados y con poca importancia en la agenda política partidaria, pero reclamados por los movimientos campesinos y la lucha popular.

La reconocida y recién fallecida socióloga Alcira Argumedo, en una de sus últimas entrevistas, expresa nítidamente los tejes y manejes en los puertos a lo largo de la hidrovía. Argumentando que una de las principales causas de aumento de la pobreza en argentina, es el constante saqueo que viene sucediendo desde la última dictadura cívico-militar hasta ahora.

Bajo un modelo neoliberal imperante, los países de América latina siguen sosteniendo dicho modelo económico, acompañado de privatizaciones y saqueos de bienes comunes. Estamos hablando de la vía con mayores exportaciones agropecuarias, y minerales del Mercosur al mundo, pero que no son declarados en su totalidad. Por lo que gran parte de sus ingresos es a través del contrabando.

Tal es el caso del oro por ejemplo, proveniente de la Barrick Gold, que exporta por tierra y aire gran cantidad de este mineral que desde ya, no declara. Cereales que oportunamente salen por tierra del país, hacia Bolivia y Paraguay evitando puestos de control, al igual que sucede con el harto conocido tema de la pesca ilegal, en la caliente milla 200 hacia el sur.

Tema aparte y de gran importancia también en los últimos años son las denominadas “tierras raras”, que en pocas palabras son 17 minerales no conocidos, pero con extraordinarias propiedades, imprescindibles para la fabricación de tecnología avanzada, y material militar. Estos metales se encuentran principalmente en China, quien es el mayor exportador a nivel mundial, y del cual Estados Unidos depende en un 80% para la fabricación de su industria electrónica.

Pero el papel que juega aquí Argentina es sumamente estratégico, según declaró la ex diputada Argumedo en una de sus últimas investigaciones, geólogos de Tucumán analizaron barro de exportación de la polémica Minera La Alumbrera, quien declara 3 metales, pero de contrabando hay 22 más: son estas llamadas «tierras raras», que por cierto, son más valiosas que el oro. Y determinaron que el monto del contrabando de dichas tierras asciende a 8.267 millones de dólares.

Por último, y como dato no por ello menor, es lo que acontece con el tráfico de cocaína. En febrero se detectó en el puerto de Hamburgo (Alemania), un cargamento de 16 toneladas que iban en tarros de pintura, cuyo origen eran puertos de Argentina. Asimismo Alemania considera que Argentina es el principal emisor de cocaína a Europa de toda América Latina. Apuntaba también la socióloga.

A todo esto, hace pocos días asumió el ahora nuevo ministro de transporte, Alexis Guerrera, quien en una entrevista por un canal de tv, al preguntarle por el vencimiento y el dilema de la hidrovía, respondió que no era factible que el estado se hiciera cargo de la misma, porque Argentina no cuenta con ese presupuesto, así como tampoco con la tecnología necesaria, que sí poseen empresas extranjeras, como la belga en este caso. Y que no sería viable empezar de cero como empresa estatal en este contexto, ni con esta situación económica que atraviesa el país. Y recalcó que el tiempo de prórroga no alcanzaría para semejante decisión. Desestimando el tiempo que han tenido para analizarlo. Pero, y para aliviar tanta negatividad, intentando una especie de contentamiento, sostuvo que sí habrá una “recuperación” del rol estatal, que hoy no tiene en el manejo, como es el calado y señalización.

 Vale aquí reflexionar, por último, que este tipo de argumentos son un discurso repetitivo del modelo neoliberal, desprestigiando siempre lo público y estatal, como si lo extranjero y privado fuera superior sin lugar a dudas. Pero que, sin embargo, nos ha llevado a ser uno de los países con mayor desigualdad y vertiginoso aumento de la pobreza en los últimos 40 años. Y donde tampoco existe una consulta popular ni participación del pueblo al respecto.

Entonces, deberíamos reflexionar sobre estas cuestiones, qué sectores controla el estado, y cómo lo hace, porqué no ha habido mayores inversiones al respecto, qué participación tiene la población en la gestión de los recursos, así como el gobierno dar prioridad a temas de suma importancia, como lo es el contrabando, los alimentos, los bienes comunes, y la soberanía alimentaria. De lo contrario, seguiremos repitiendo modelos económicos que llevan a la pérdida, la pobreza, el hambre y el beneficio para unos pocos.