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“Lo-mató-la-policía. Lo-mató-la-policía. Lo-mató-la-policía, ¡y otra vez exigimos justicia!”

Foto: Marcos Sierras

Por Editorial Virginia Bolten 

Todo parece suceder casi al mismo tiempo; represión y muerte a distinta escala se suceden con frenesí. La sucesión de imágenes que se muestran sin pudor y sin respeto por la vida muestran una práctica de mercenarixs que están al servicio del mejor postor. Muy lejano de la ética que nosotras aprendemos, construimos -y seguimos construyendo-, la ética  de sostener la vida y de crear condiciones para su reproducción.

Somos testigas de la impunidad y el asesinato en manos del Estado, los denunciamos hoy, pero sufrimos las consecuencias de esa necropolítica que atraviesa nuestras existencias todos los días como mujeres, lesbianas, trans, migrantes y empobrecidas. 

Cuando una pibita muere asesinada en un barrio, nos da a ver que la única política dirigida a las infancias y adolescencias vulnerables es el punitivismo, en momentos en que son estos los sectores más afectados con la crisis sociopolítica que se profundiza sin que haya ninguna preocupación por el sostenimiento de un presente vivible que garantice un futuro para nuestres niñes.

El asesinato de un militante a manos de las fuerzas represivas del Estado muestra, como dice el tango: que “20 años no es nada”. Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fusilados por las fuerzas de seguridad se hacen presentes. El escenario de palos y balas frente a la protesta se ve aún más dramático si pensamos que gran parte de la sociedad avala la política de austeridad, muerte y de quita de derechos básicos -llamados Derechos Humanos-,  tomados por el enojo y la rabia, únicos sentimientos que hoy despierta la política, que no permite pensar más allá de la angustia cotidiana frente a la incertidumbre. Por otra parte  demuestra que la criminalización de lxs que luchan está en la agenda del día de los partidos políticos mayoritarios. 

Desde los medios se intentó criminalizar a la víctima, otra vez, como ya pasó con Maxi y Darío, donde en la mayoría de los casos cuando las víctimas son de los sectores populares, y es otra vez desde el periodismo comunitario y colectivo comprometido que, en este caso la foto reportera Susy Maresca[1], da cuenta de la barbarie policial, reclamando por la vida de Facundo, poniendo en evidencia la atrocidad y el crimen: “Lo-mató-la-policía. Lo-mató-la-policía. Lo-mató-la-policía. ¡y otra vez exigimos justicia!” 

Crear enemigos entre los propios es una táctica para vaciar de sentido y de contenido político los legítimos reclamos que exigen la participación popular en la toma de decisiones sobre temas que les afectan directamente. Negar, criminalizar y punir a quiénes se manifiestan es la forma más fácil de debilitar la fuerza del pueblo organizado, y dejar el camino libre para imponer la voluntad de grupos económicos y político advenedizos que actúan en detrimento del bien común.  

El asesinato de Facuando Molares es una demostración de los tiempos presentes y de los que vienen. Sin embargo el rechazo contundente de una parte importante de la sociedad que sabe que la seguridad no tiene nada que ver con la represión o con la policía, también marca una diferencia política y de sentido. Es una respuesta a quiénes piensan que al pueblo se le puede someter a través de la fuerza, balas, palos, hambre para sostener una deuda ilegítima.

Frente al avance represivo y la guerra virtual que nos quieren imponer, nosotras decimos: por nosotrxs, por todxs lxs que lucharon y en nombre de esa lucha perdieron sus vidas, y por todxs lxs que vendrán. ¡Ni un paso atrás!

[1] en este caso la foto reportera Susy Maresca

Galería de fotos por Marcos Sierras

 
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El cambio climático y el poder de las corporaciones

Foto: Marcos Sierras

EDITORIAL

“El cambio climático es la contranarrativa más poderosa que tenemos frente al capitalismo.”

Naomi Klein

Vivimos en la era del Antropoceno –la etapa en que las actividades humanas tienen un impacto significativo y acelerado en el clima de la Tierra y en sus ecosistemas–. Reconocer y discutir sobre la era del Antropoceno no es sólo una cuestión de semántica, es una cuestión política y legal. Y, pese a las evidencias científicas sobre las causas del cambio climático, el negacionismo aún está muy presente y es una estrategia utilizada para deslegitimar las investigaciones.

Frente a esto,  es necesario demarcar que estos cambios están ocurriendo para que se puedan lograr acuerdos legales con base en esta perspectiva, sobre todo de responsabilidad respecto de las consecuencias del aumento de la temperatura global fruto de la alta concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

La emisión del dióxido de carbono (CO2) es la mayor responsable del calentamiento global. La principal actividad humana que causa este fenómeno es la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. Las principales empresas relacionadas con estas actividades son gigantes como Shell, Exxon,Chevron, BP y muchas otras que están en el listado de las mayores corporaciones del mundo.

El poder económico y político de estas corporaciones es factor de influencia en la toma de decisiones en las instancias dónde se plantea el control de las emisiones de CO2 con el objetivo de frenar el calentamiento global.

Las COPs –Conferencias de las Partes Sobre Cambio Climático–, desde su primera reunión el año 1995, en Berlín, vienen trabajando  la problemática del cambio climático, proponiendo y formulando propuestas con medidas jurídicamente vinculantes para que los países miembros reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, estos acuerdos son ajustados para no afectar mucho a los más poderosos; no hablan de erradicar el uso de combustibles fósiles, de responsabilidad por daños y prejuicios y tampoco hay un sentimiento de urgencia.

Pensar un cambio en la matriz productiva es fundamental para lograr frenar el calentamiento global y garantizar la manutención de la vida. En este sentido, no se puede dejar de cuestionar al sistema capitalista de producción y a la lógica hegemónica de desarrollo. La economía basada en un crecimiento infinito frente a recursos no renovables, no respetando los límites planetarios, sólo puede llevar el planeta a catástrofes, las cuales ya estamos pasando. Los eventos extremos, sequías, huracanes, aumento del nivel del mar, desapareciendo de especies animales, derretimiento de los glaciales, olas de calor, propagación de enfermedades, acidificación oceánica, entre tantas otras consecuencias del cambio climático, son una realidad concreta, visible e innegable.

Más allá de esto, es menester pensar en términos de justicia climática, porque la problemática del cambio climático no es un tema objetivamente ambiental o físico de la naturaleza, disociado del ser humano, es un problema ético y político. El hambre, la pobreza y la destrucción afectan directamente las poblaciones más vulneradas del mundo. Las sequías y las inundaciones perjudican a los productores y productoras locales que dependen de sus cosechas para subsistir y también implica un aumento en el precio de los alimentos, profundizando la desigualdad social, impidiendo el acceso a una alimentación adecuada, imposibilitando el alcance de la soberanía alimentaria y provocando un aumento del número de refugiados.

En este sentido, los tratados de libre comercio y el modelo neoliberal que permiten a las corporaciones influenciar en las políticas de los Estados y, consecuentemente, destruir nuestra base de construcción democrática, deben ser considerados enemigos de los pueblos. Las privatizaciones del sector público, la desregulación del sector privado y la reducción de la presión fiscal a las empresas son parte de un mismo sistema que tiene por objetivo mantener privilegios a cualquier costo, priorizando lo privado en detrimento del bien común. Desde Virginia Bolten nos preguntamos, ¿Hasta cuando sostendremos el poder de las corporaciones?

 
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El militarismo como máquina de organización del mundo

Editorial

Sobrevivimos en medio de una obviedad trágica: el financiamiento para matar es mayor que los recursos destinados a la vida1. Además de los inconvenientes que genera la longevidad de una especie dedicada al hiper consumo, los Estados destinan menos dinero a los sistemas de cuidado que al complejo industrial bélico.

Los sistemas de control, vigilancia y máquinas de matar no tienen ideología: el complejo industrial militar, incidiendo activamente en las decisiones de los gobiernos, es una realidad tanto en la China comunista, los Estados Unidos y la Rusia capitalista o en la Irán de los ayatolas. El problema no son los valores de las instituciones partidarias, sino el modo organizacional de la sociedad contemporánea. El odio es parte fundamental y constitutiva de esta maquinaria de gobernanza.

Los medios de comunicación y la publicidad son pilares de esa gobernanza de muerte. En el documental “Los siglos del yo” de Adam Curtis, se expone de forma nítida cómo es posible la manipulación de las personas a partir de mensajes impartidos en medios masivos que operan desde los deseos. Edward Bernays, sobrino del referente de la teoría psicoanalítica Sigmund Freud, fue el máximo precursor de esta técnica. Se le llama mercadeo (colonialmente marketing) a las estrategias que utilizan las corporaciones globales para intentar definir qué se debe consumir, qué se debe pensar y qué se debe sentir. Un ejemplo paradigmático es el caso de Mario Montoto, el mayor beneficiario a nivel comercial de esta forma de organización global en el territorio denominado Argentina2. No es un dato menor que el mencionado empresario sea socio de Daniel Hadad, dueño del periódico digital de habla hispana más leído, “Infobae”.

La cibervigilancia y la comunicación virtual

En este espacio-tiempo ya no solo se trata de grandes guerras físicas en campos llenos de tanques, aviones e infantería. Con el crecimiento del mundo virtual, los ejercicios de dominación se han desplazado a este nuevo escenario de vida y muerte.

En este sentido, es destacable el rol de las nuevas tecnologías para crear un pensamiento común aceptable en la sociedad y para crear ventas para las corporaciones3. Hay algo de esta ficción que alimentamos al ceder la información de nuestras búsquedas a las redes sociales, las cuales no escapan al servicio del militarismo. Recientemente se ha filtrado que Mark Zuckerberg aceptó la solicitud del Partido Comunista Vietnamita de censurar a los críticos del gobierno de ese país. Asimismo, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) denunció públicamente que el gobierno Colombiano fingió un ciberataque en medio del Paro Nacional de 2021 para justificar el perfilamiento en redes sociales de quienes criticaban o cuestionaban a las fuerzas armadas.

Cada vez es más común en la agenda de “Defensa” y “Seguridad” de los gobiernos la cibervigilancia, lo cual no resulta asombroso cuando se observa el vertiginoso crecimiento de esta industria que ya se posiciona como una de las amenazas más grandes para los derechos humanos en el mundo. Basta recordar el reciente informe publicado por múltiples medios de comunicación a nivel global, liderado por Forbidden Stories, donde se advierte que con el software israelí Pegasus se ha intervenido la comunicación de más de 600 políticos y funcionarios, 189 periodistas, 64 ejecutivos de negocios y 85 activistas.

Hoy día nuestros datos y comunicaciones digitales son el nuevo campo de batalla y represión militarista.

—–

1 https://www.dw.com/es/gasto-militar-mundial-tuvo-su-mayor-aumento-en-una-d%C3%A9cada-seg%C3%BAn-sipri/a-53254197

2 Información extraída del libro, No te protegen, te vigilan. Mario Montoto, el empresario a las sombras del poder político.

3Sin embargo, ese común “único” hoy ha pasado a lo común “diverso”. Ya no es necesario dominar desde la homogeneidad sino desde la homogeneidad de la “diversidad”: un holograma real de lo que es la diferencia humana, que solo alcanza a ser una promoción de ciertos lugares validados de enunciación, pocos cupos con los cuales llenar las sillas de la dominación.

 
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Trigo transgénico, clima de contaminación

Foto: Verónica Raffaelli


EDITORIAL 

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la forma de producción de alimentos en el mundo es responsable de un tercio de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Desde hace varios años el Panel Internacional para el Cambio Climático de la ONU (IPCC) alerta sobre los impactos del Cambio Climático sobre la agricultura. Sin embargo, con el agravamiento del escenario que ahora es de Emergencia Climática con muestras de alcance de puntos de no retorno, es ineludible el debate sobre el impacto de los agrotóxicos sobre el Cambio Climático. Si por un lado la ONU plantea la necesidad de un cambio de dieta que reduzca el consumo de carnes —sobre todo aquellas provenientes de la cría intensiva—, por otro no se puede dejar de discutir los efectos del cambio en el uso del suelo. Porque el suelo, que naturalmente debería ayudar a equilibrar las temperaturas globales, pasó a ser un importante emisor de GEI a raíz del uso intensivo, contaminante y basado en los monocultivos que son sabidamente responsables de la destrucción de la biodiversidad. La tala de bosques y el uso de agrotóxicos va a contramano de las recomendaciones del IPCC. Y si es verdad que un cambio en la alimentación de los seres humanos es urgente, también es verdad que la producción de estos alimentos tiene que ser agroecológica, y no agroquímica. 

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La alerta está no solo en los informes de los expertos. Cada día llegan noticias que alrededor del mundo se presentan incendios , inundaciones, olas de calor mortíferas, aumento del número de refugiados climáticos, aumento de la temperatura de los océanos, deshielo de los Polos… Y la lista  podría seguir por más de algunos párrafos. Frente a esta realidad, sin embargo, después de anunciado el Acuerdo de París, el aumento de los GEI han aumentado en lugar de disminuir, y la quema de combustibles fósiles —históricamente la mayor responsable por el actual estado de cosas— tampoco ha disminuido. Las grandes empresas junto a los Estados del Norte Global parecen no preocuparse por el destino de la humanidad. Pareciera que es más fácil pensar el fin del mundo que la pérdida del poder concentrado de las petroleras o del poder de las empresas de agrotóxicos que, no por casualidad, están concentradas en China, Alemania y Estados Unidos. Todas estrellas en el mercado bursátil.

Según la investigadora brasileña Larissa Bombardi, del año 2012 al año 2017, el mercado de agrotóxicos en Brasil —mayor consumidor en el mundo— aumentó un 25%. Larissa argumenta que la especulación en el mercado financiero es el gran impulsor de este incremento tanto por el rol de las materias primas que son negociadas en la Bolsa de Valores como por todo lo que acompaña esta producción para exportación. En Brasil, 7 de los 10 productos más exportados son de origen agropecuario y casi la totalidad de las semillas  utilizadas para la producción son genéticamente modificadas. 

Esa disputa por un mercado que crece a niveles impresionantes parece ser  también la apuesta de Argentina: este país, que es el tercer mayor consumidor de agrotóxicos en el mundo, aprobó el primer caso de trigo transgénico a nivel mundial. El Trigo HB4, que es tolerante al Glufosinato de Amonio —un poderoso agrotóxico que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO), es 15 veces más tóxico que el Glifosato— ahora necesita solo de la aprobación de Brasil para su importación. El mercado brasileño es el principal destino del trigo argentino.

Desarrollado para ser resistente a sequías, el Trigo HB4 fue producido por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), como mencionamos en una nota anterior de Virginia Bolten, en convenio con la empresa de capitales nacionales, Bioceres.  

Lejos de lo que sería deseable para hacer frente a la Emergencia Climática, la producción del trigo es defendida como una forma de adaptación al cambio climático. Sin embargo, el uso de un fertilizante químico aún más contaminante que los tradicionales, es una amenaza al clima. Más allá de esto, presupone un aumento de productividad que significará la expansión de la zona agropecuaria y, por ende, un mayor avance sobre los ecosistemas, en un país que ya tiene 75% de su territorio cultivable tomado por el monocultivo y una concentración de tierras que imposibilita el desarrollo de la agricultura familiar y la producción de alimentos agroecológicos, verdaderas soluciones para recuperar los suelos dañados y producir de forma ecológicamente aceptable dados los retos ambientales impuestos para los próximos años. 

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Al asumir su preferencia por una agricultura capitalista que prescinde de los y las trabajadoras, reemplazándolas por aviones y drones fumigadores, sacrificando la salud de las personas y de los ecosistemas en favor del negocio de unos pocos que quieren beneficiarse de un modelo de producción considerado obsoleto, que ya es rechazado en gran parte del mundo, el Estado argentino sigue con su política de inserción en la economía globalizada desde un lugar de subordinación. Si la soberanía comienza por la boca, desde Virginia Bolten preguntamos: ¿qué Argentina se está construyendo para las próximas generaciones?

Fotos: Verónica Raffaelli. En ocasión del #Panazo -Buenos Aires, 17 de agosto de 2021

Fuentes: 

ENSP debate geografia do uso de agrotóxicos no Brasil e conexões com a Europa – Larissa Mies Bombardi

Audiencia Pública Autoconvocada: Con nuestro pan NO. Trigo transgénico

 
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Expulsión de los barrios de Jerusalén, un testimonio desde Palestina

https://www.palfest.org/

Desde Virginia Bolten tuvimos el gusto de dialogar con Bodour Hassan, palestina, feminista  y activista incansable en la lucha contra la ocupación de Palestina y el apartheid israelí. La conversación, que ha versado sobre varios temas, la iremos compartiendo en diversas entregas. En esta ocasión les dejamos su percepción acerca de la situación actual en Al Quds (Jerusalén).

Podes encontrar la versión en VIDEO en nuestras redes sociales. En nuestro canal de IG.

¿Podrías compartirnos tu lectura de cómo se está llevando la expulsión de los y las palestinas de Jerusalén?

Budour Hasan: Pienso que la mayoría de las lectoras y lectores de Virginia Bolten conocen la historia del barrio de Sheik Jarrah. Estamos hablando de al menos 8 familias que están bajo riesgo de desalojo forzoso. Hablamos de 4 familias que fueron desplazadas en mayo y  otras 3 familias en agosto. Ahora las 4 primeras familias están esperando la decisión final de la Corte Suprema.

Esta no es la primera vez que los residentes del barrio de Sheik Jarrah, que es la zona ocupada del este de Jerusalén, están en riesgo y amenaza de desalojo forzoso.

En 2008 y 2009, 3 familias también fueron desplazadas de Sheik Jarrah. Hablamos de familias de refugiados, personas que fueron desplazadas en 1948 durante la Nakba, la limpieza étnica de más de 700.000 palestinas y palestinos en sus tierras natales. Las familias que se movieron a Jerusalén son de origen de Haifa, del oeste de Jerusalén y de varias ciudades de la Palestina histórica. Se instalaron en Jerusalén tras un acuerdo en 1956 entre  Jordania y la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina) y pudieron hacer sus casas en Sheik Jarrah. Los colonos israelíes dicen que estas tierras en realidad pertenecieron a la comunidad judía antes de 1948. Pero esas familias judías fueron compensadas por Israel tras el 48 y ahora tienen casas en el oeste de Jerusalén.

Tras la guerra de 1967, como una medida de expansión y colonización, Israel y las comunidades sionistas han tratado de desplazar a las palestinas y palestinos de Sheik Jarrah, así como de otros barrios de Jerusalén. La justificación que dan es decir que estas tierras fueron propiedad de comunidades judías, aunque estas familias supuestamente propietarias fueron compensadas.

Actualmente hay una campaña de expulsión liderada por el Rabbi Nachman Simon a partir de una organización que tiene sede en EE.UU. (chabad.org). La misma se muestra públicamente de  forma caritativa y religiosa, presentándose como dueña de esas casas y propiedades. De esta manera quieren manipular y describir la ocupación como si fuera un conflicto de propiedad privada. Sin embargo, en Palestina, hablamos de un conflicto sobre la tierra: ese es el origen del conflicto entre los sionistas y las y los palestinos, la lucha sobre la tierra. La ideología más importante y más central del movimiento sionista fue controlar la mayor cantidad de tierra palestina sin las y los palestinos, desde 1967 en el este de Jerusalén, y la Nakba en 1948.

Ese es el origen de las estrategias de control y opresión sionistas: reducir la cantidad de palestinos por medio del desplazamiento forzoso, de represión violenta y la represión invisibilizada, como las leyes burocráticas de Apartheid y los permisos para la construcción de colonias y asentamientos sionistas en el este de Jerusalén. También las leyes que permiten a las autoridades israelíes quitar la residencia a los palestinos en Jerusalén, ya que los palestinos allí solo tienen residencia. Por estos medios, miles de palestinas y palestinos fueron desplazados. En la actualidad, la población palestina en Jerusalén es solo del 39%. Israel ha intentado siempre de reducir ese porcentaje a menos del 30%.

El desplazamiento de los residentes de Sheik Jarrah, así como de los pueblos al sur de la mezquita de Al Aqsa (considerado el tercer lugar más importante para el Islam), la represión, las amenazas, revocaciones de residencias, demolición de casas palestinas con la excusa  que las mismas no tuvieron el permiso correspondiente son pretextos, medidas y estrategias políticas con el fin de facilitar ese desplazamiento.

En las próximas semanas encontrarán la segunda entrega de esta entrevista

 
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Subordinado como colonia europea, colonial frente a los pueblos indígenas

Dibujo: Luciano D'Amico

EDITORIAL

La sangre indígena y africana que corre por las venas de los pueblos de América Latina dejó de ser una reivindicación de quienes creen que la verdadera Historia de la región deba ser contada honestamente, tratando de dar a conocer el genocidio y la barbarie que caracterizaron los tiempos de la mal llamada “conquista” o “descubrimiento” de América. Ya en el siglo XXI, hay varios estudios de secuenciamiento genético que dan fe de que los actuales pueblos de Abya Yala —a pesar del exterminio de los pueblos originarios y esclavizados y del proceso de migración masiva desde Europa— tienen más genes indígenas y africanos que europeos, lo que también evidencia las violaciones sistemáticas de los europeos hacia los cuerpos de las mujeres no europeas.

El colonialismo,  esa compleja estructura de poder que transforma la subjetividad con la cual las personas viven y que sigue reproduciendo la relación entre el colonizador (ciudadano) y el colonizado (objeto) y la institución de la desposesión que transfiere recursos económicos de los pueblos originarios hacia los colonizadores, engendra la reproducción de la narrativa de los conquistadores. Esta invasión del territorio con todas sus formas de violencias y represión, también resultó una invasión del universo mental. El resultado es la repetición de las narrativas del conquistador. Según Frantz Fanon, esa alienación no es una cuestión individual, sino un fenómeno construido socialmente y que funciona como engranaje de un sistema político capitalista, un mecanismo de distribución de privilegios en sociedades marcadas por la desigualdad.  

Entender al colonialismo desde esas consecuencias mentales, además de lo económico, permite visibilizar la estrategia de homogeneización cultural que iniciaron los reinos europeos hace cinco siglos con el fin de borrar por completo la diversidad cultural que existía fuera de su continente. Y a pesar que ese genocidio logró reducir significativamente a las poblaciones del continente americano, aun así mantienen la resistencia más de 30 pueblos en la Argentina y por encima de 500 pueblos en todo el continente. Y no solo ellos: millones de personas guardamos en nuestra forma de pensar, sentir y actuar el legado de larga data de nuestras ancestras, y aunque este se ha transformado por las imposiciones que buscaron no definirnos desde esas identidades, sino desde la estandarización de sentirnos parte de naciones inventadas, no solo en nuestro ADN sino en nuestra cultura permanecen sustratos de ese pasado. Y claro que a nuestros territorios llegaron migrantes que transformaron nuestras sociedades, pero escoger solo definirnos desde esas migraciones relativamente recientes nos impiden reconocer las distintas ramas de ancestralidad de las que hacemos parte,  ratificando la negación colonial de quienes habitaron estas tierras por siglos. 

Las declaraciones del presidente del territorio denominado Argentina, Alberto Fernández, en ocasión de su encuentro con el jefe de Estado del Reino de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, es un nítido ejemplo del complejo de inferioridad del colonizado en el ámbito económico y de reproducción del colonialismo desde lo cultural. Al decir que “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros de la selva y los argentinos de los barcos”, Fernández niega el origen indígena del pueblo argentino, escapando de lo que es considerado por el colonizador como “salvaje”, intentando demostrar al español que es confiable y que sus “lazos de sangre” lo diferencia de sus vecinos. Afirma, así,  que la dominación colonial en Argentina fue completa, y que ésta absorbió la cultura y la civilización europeas.

La visita de Sánchez a este territorio tuvo por objetivo central afirmar la intención de una alianza estratégica para  un plan económico y de inversiones. El equipo de presidente español contó con la presencia de empresarios españoles y con su compromiso de llevar adelante su propio proyecto llamado “Plan de Acción para la Internacionalización de la Economía Española 2021-22”, que tiene como meta recuperar espacios de negocios perdidos por la pandemia y hacer frente a la disputa entre Estados Unidos y China. También se habló de retirar las trabas que impiden la ratificación del acuerdo de libre comercio entre los bloques del Mercosur y la Unión Europea que, según la opinión de personas expertas, podría resultar en pérdidas para el sector de autopartes argentino, entre otros impactos negativos para todos los países del bloque sureño. 

Lejos de lograr una relación simétrica, como parece ser el deseo de Fernández, cuando el presidente pone a su territorio en un lugar de subalternidad frente a Europa y busca mostrar al Europeo el orgullo que siente por su blanquitud compartida —más allá de despreciar a las naciones hermanas— también nos hace seguir preguntando ¿es posible cambiar los resultados sin cambiar las estructuras?  

Fuentes: 

https://nuso.org/articulo/ue-mercosur-europa-ganadores-perdedores-integracion/

Decolonization, Decoloniality, and the Future of African Studies: A Conversation with Dr. Sabelo Ndlovu-Gatsheni

https://www.revistas.usp.br/sankofa/article/view/102437

Brasil é nação construída em estupro de mulheres negras e indigenas por brancos europeus, aponta estudo

 
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Industria cárnica: modelo de producción suicida

Foto: Verónica Raffaelli

EDITORIAL 

Es entendido como resistencia bacteriana la capacidad de las bacterias de resistir y sobrevivir. Esto se da a través del uso inadecuado y excesivo de antibióticos. Hoy en día, en todo el mundo, entre el 70 al 80% del total de antibióticos producidos son usados en la crianza de animales y en el sector agrícola. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2050 la resistencia a los antibióticos será la principal causa de muerte de personas humanas en el mundo.

Gran parte de las personas que consumen antibióticos lo hacen de forma pasiva, es decir, lo consumen a través de la ingesta de alimentos. Los antibióticos son usados por la industria cárnica para acelerar los tiempos de cría de los animales y, por ende, aumentar la producción para maximizar las ganancias en el mercado competitivo. Las condiciones de hacinamiento también demandan el uso de estos fármacos, ya que factores como la higiene y malestar animal en los sistemas intensivos de cría provocan la  necesidad del uso de antibióticos para fortalecer el sistema inmunológico de los animales. 

Estos antibióticos ingeridos son eliminados en las excretas, pero no hay un sistema de tratamiento que elimine los fármacos, el resultado es la contaminación de suelos y aguas. La proporción de la contaminación se hace aún mayor por el uso de estas excretas como abono. En este caso, los cultivos que se dan en los suelos también son contaminados. Como resultado, hay una contaminación generalizada de la cadena alimentaria: vegetales, peces, frutas, etc. 

El uso indiscriminado de antibióticos genera bacterias más resistentes, las llamadas “superbacterias” o “bacterias multiresistentes”, su presencia en ambientes acuáticos, suelos o alimentos expone a las personas a enfermedades difíciles de tratar con las herramientas de la medicina actual, poniendo en riesgo no solo a quienes consumen carne. 

Dada la relevancia de las consecuencias de esta forma de producción, las autoridades deberían ser las primeras en tomar medidas que inhiban el uso de fármacos en la producción de carne. En un contexto de pandemia, el actual estado de Emergencia Climática y las enfermedades zoonóticas deberían ser una preocupación y la preservación de los ecosistemas debería ser prioridad absoluta. 

Sin embargo, la gran preocupación demostrada por Gobiernos, corporaciones y amplios sectores de la sociedad es la vuelta a la normalidad. Mientras tanto, son las camadas más empobrecidas y marginadas por el sistema las que, una y otra vez, se ven afectadas por este modelo de producción suicida. 

Un ejemplo de esto es la negociación del Tratado de Libre Comercio entre los bloques Mercosur y Unión Europea, cuyo uno de los negocios centrales es el aumento de  la producción de carne en el Sur para la exportación al bloque europeo. Más allá de toda la problemática del uso de antibióticos, también se asocia a la industria cárnica el acaparamiento de tierras, la expansión de la zona sojera, la profundización del cambio climático y el desalojo de pueblos indígenas y campesinos, entre otras implicancias.  

Esto, que vamos a llamar  necromercantilización, no puede ser el futuro reservado a la humanidad. Desde Virginia Bolten nos preguntamos ¿hasta cuándo comeremos nuestra propia muerte?

Fuente: 

Alonso, Lucas Leonel. Estudio de la distribución ambiental de fármacos de origen pecuario y evaluación de alternativas de mitigación en aguas contaminadas

 
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Ni del virus ni de hambre: Villa 31 y el derecho a no morir

Foto: Marcos Sierras

EDITORIAL

Los últimos días fueron de mucho dolor e indignación para  los vecinos y vecinas de la Villa 31 (ahora llamada de Barrio Padre Mugica) quienes ya vienen sufriendo perdidas en el barrio por la presencia del COVID19, ahora se les suma el fallecimiento por este virus de dos referentes muy valiosos para su comunidad: Ramona Medina y Víctor Giracoy. Tras una serie de denuncias acerca de la situación de precariedad, falta de condiciones para cumplir con la cuarentena y de agua para mantener las condiciones de higiene, los barrios fueron abandonados como si el derecho a vivir y protegerse del Covid-19 fuera un privilegio. A pesar de las medidas tomadas por el Estado argentino para contener la propagación de la pandemia, muy elogiadas a nivel mundial, hay una selectividad muy nítida que se trasluce al notar cuando se observan los números: Las villas son focos de contagio con miles de infectados.

A las personas que viven en las villas no les queda otra sino defenderse,  como si todo fuera un atentado contra sus vidas, defenderse la vida contra el virus y a la vez combatir al virus mortal del abandono del Estado. Ramona es el símbolo de las tantas mujeres que, en su mayoría, llevan la pelea diaria en sus barrios para garantizar que las personas que allí viven puedan seguir existiendo, que tengan la comida, contención y la protección negadas por aquellos que deberían tener responsabilidad por las vidas de los más vulnerados.

En este momento de aumento de contagios y también de dolor abrumador, la auto-organización no baja los brazos. Contrariamente, con más fuerza las organizaciones territoriales exigen que se declare emergencia sanitaria, alimentaria y habitacional para evitar más muertes y contagios.

Hablamos con Silvana Olivera, militante del PXC (Peronismo x la Ciudad) e integrante del Comité de Crisis Villa 31. Comité, que ante esta situación, el pasado 18 de mayo brindó una conferencia de prensa donde hablaron referentes del barrio y expusieron sus reclamos.

¿Cómo está la situación en la Villa 31 hoy?

Silvana Olivera: Hoy en día te puedo decir que tenemos los testeos que se están haciendo en el barrio, hoy se confirmaron 900 casos positivos del COVID en el barrio, más allá de los testeos que se van a realizar hoy. Creemos que mañana ya estaremos rondando los mil casos. Nosotros lamentamos el fin de semana el fallecimiento de dos personas muy queridas en el barrio que eran referentes históricos y sociales; ayudaban en comedores desde sus organizaciones… y bueno, la realidad es que esto nos golpea muy duro. Ramona y Víctor eran dos luchadores.

Nosotros, desde el Comité de Crisis Villa 31, decimos basta a las mentiras del Gobierno de la Ciudad que dice que se está asistiendo en el barrio y sabemos que no es así. Entonces hicimos esta conferencia de prensa que se realizó en día de hoy  (18 de mayo) denunciando todo lo que el gobierno de la ciudad no está asistiendo. Nosotros pedimos que se asista a las familias para que puedan cumplir la cuarentena en sus viviendas con el alimento básico. Porque sabemos que hoy en día nadie tiene alimento en sus viviendas para quince días, esto es irreal. Todos acá en el barrio vivimos al día y si no se trabaja no se puede llevar a la casa un plato de comida.

El tema sanitario también está bastante mal. Nosotros como organizaciones estamos asistiendo a los vecinos con lo que falta de higiene: lavandina, alcohol. Lo que logramos conseguir mediante donaciones, porque más allá de que somos organizaciones y estamos predispuestos a ayudar, es el Estado quien tiene que dar acceso  a estas cosas.

Hablando sobre el Estado, sabemos que las villas son territorios donde  está  ausente. ¿Ustedes llegaron a hacer reclamos junto al Ministerio de Salud?

S.O: Desde del Comité estuvimos trabajando y exigiendo que hicieran los testeos en nuestro barrio: el Ministerio de Salud de Nación y de Ciudad y  el área que interviene  en nuestro barrio,  que es la Secretaria de Integración y Urbana. El día viernes hicimos la última reunión;  ya tuvimos cuatro reuniones desde que empezaron los testeos y, como no nos dieron respuestas a todo lo que estamos solicitando, se decidió lo de la conferencia.

Sobre los casos confirmados, ¿estas personas están recibiendo los cuidados necesarios?

S.O:  Los 900 casos positivos que nosotros confirmamos se derivaron a hospitales donde mantienen la cuarentena si había necesidad de estar bajo tratamiento u observación. En caso contrario  se derivaron a hoteles donde cumplen la cuarentena.  Estamos exigiendo que se pueda asistir a cada uno.

Pero estamos denunciando que no hay testeos suficientes. Queremos el testeo para todas las personas que tuvieron contacto estrecho con algún caso positivo. Porque sabemos que ya se llevaron la mayoría de los pacientes que tenían síntomas del barrio,  las personas que siguen acá  se siguen contagiándose son los pacientes asintomáticos. Entonces exigimos el testeo para todas personas que tuvieron contacto con casos positivos del COVID.

Uno de los principales reclamos de ustedes es la falta de acceso al agua, lo que es un tema aún más grave en el contexto de la pandemia. ¿Cómo está el tema del agua en este momento?

S.O: El problema del agua no está solucionado, tenemos manzanas en el sector ferroviario que siguen sin agua. El fin de semana estuvimos con problema de agua también en otros sectores del barrio donde también sale sucia, es imposible usarla para higienizarnos y cocinar. En la televisión salen a decir que ya solucionaron el problema, una prueba de esto son las obras del Aysa por todo el borde del barrio.

Al inicio de la cuarentena hubo varias denuncias de abusos policiales en las villas. ¿La violencia de las fuerzas represivas del Estado en contra de los vecinos sigue o está más controlada?

S.O: Por el momento, está controlado. Lamentablemente la situación de la policía es la misma situación que tienen todos los empleados del Gobierno de la Ciudad. Sabemos que hoy día ellos también están sufriendo con el tema del COVID. Nosotros también estamos denunciando estas irregularidades porque los están obligando a trabajar aunque algunos dieron positivo de COVID. Pero bueno, esta es la realidad y este es el sistema con que se maneja el Gobierno de la Ciudad. Pasa tanto con los médicos como con las fuerzas policiales.

¿Y ustedes están planificando otras actividades? ¿Cómo se puede colaborar con el Comité?

S.O: Nosotros desde el Comité de Crisis Villa 31 estamos esperando la respuesta del Gobierno de la Ciudad y después vamos a ver qué medidas tomamos.

Quienes quieran pueden contactarse a través de nuestros números telefónicos. Ahora lo que estamos pidiendo,  más que nada, son donaciones para la asistencia de comedores y merenderos porque así los vecinos tienen la comida diaria. Como el Gobierno de la Ciudad no está garantizando productos de higiene, estamos pidiendo estos materiales para que los vecinos puedan realizar la limpieza de sus espacios.

Informaciones:
Comitedecrisisv31@gmail.com
Facebook: https://www.facebook.com/Comit%C3%A9-de-Crisis-Villa-31-101940251534136/

Telefono: +54 11 54599732

Galería de fotos tomadas por el fotógrafo Marcos Sierras de la rueda de prensa. Cobertura gráfica realizada para la Liga Argentina por los Derechos Humanos, integrante del comité de crisis. Para más información de Marcos pueden visitar su página de facebook

“Elles, sostienen el barrio”

 
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Latinoamérica pierde los avances democráticos de las últimas décadas debido al Covid19

EDITORIAL

Luego de haber vencido las dictaduras que oprimieron al Cono Sur, de avanzar en la negociación entre diferentes organizaciones políticas que expresaban sus reclamos por medio de las armas y Estados en Centroamérica y Colombia, de poner en la administración Estatal en Brasil algunas de las demandas de los más desposeídos y de luchar contra el racismo en Bolivia, hoy el continente se enfrenta a un retroceso de todas estas victorias que los sectores populares lograron con mucho esfuerzo. Bajo la excusa de la pandemia, la mayoría de los gobiernos del continente están tomando medidas que, además de limitantes de las libertades, nítidamente se orientan a la represión durante y de forma posterior a la crisis actual. En Virginia Bolten recogemos algunas de estas realidades.

El territorio denominado Argentina

En el caso de Argentina el gobierno nacional del Frente de Todes, asumió en diciembre de 2019 al obtener un triunfo electoral sobre la alianza CAMBIEMOS. Este último durante sus 4 años de mandato impuso una fuerte represión a la protesta social, encarceló a personas por publicaciones en redes sociales, con la excusa de las reuniones del G20 y la OMC (Organización Mundial de Comercio) incrementó las compras de máquinas de matar y sistemas de control. Asimismo las fuerzas represivas del Estado coordinaron junto con Chile el espionaje, persecución y criminalización de la comunidad mapuche a ambos lados de la cordillera. En la denominada “operación Huracán”, carabineros chilenos y la fuerza paramilitar de gendarmería, intentaron inculpar a la comunidad mapuche para encarcelarla y generar un sentido social de terrorismo coordinado.

El nuevo gobierno nacional, de la Ciudad de Buenos Aires y las provincias no modificaron las políticas sobre la represión instauradas en forma previa. De hecho se han intensificado con la excusa del COVID-19. Hay muchos ejemplos respecto de sistemas de control impuestos en cuarentena que seguirán en forma posterior, como es el caso de la instalación de 7 cámaras móviles en 200 patrulleros de las fuerzas represivas de la Ciudad de Buenos Aires.

La Ministra de Seguridad, Sabina Frederic, expresó que el gobierno está realizando ciberpatrullaje, que consiste en una vigilancia masiva de publicaciones en redes sociales. La ley actualmente en vigencia y el protocolo datan del 2018, impulsado por la ex Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Durante su gestión se encarcelaron e iniciaron procesos punitivos contra 68 personas por sus expresiones en redes sociales. Actualmente se le inició un proceso legal a una persona por hacer un comentario en forma jocosa sobre saqueos en supermercados frente a la estructural pobreza en estos territorios.

Colombia

En el caso de Colombia, se avanzó en la instalación de cámaras térmicas en el aeropuerto de Bogotá, las que pueden medir la temperatura de 5.000 personas en 30 minutos. La compañía Dahua Technology, que fue la vendedora, apuesta introducir al mercado también tecnología de reconocimiento facial similar de la que sirve al gobierno de China para controlar a la población de sus ciudades. Mientras lo que la pandemia demanda inversión en el sector de salud, varios países han mantenido su prevalencia del sector militar. Así mismo, la policía mantiene convenios con las empresas de telefonía celular para obtener la geolocalización de las personas durante la pandemia.

A la vez, mientras se acerca a 500 las muertes producidas por la pandemia, el gobierno nacional tramita la compra de 10 vehículos y millones en gases y armas para los cuerpos antimotines. Al mismo tiempo, la red hospitalaria regional tiene graves detrimentos por corrupción y a los trabajadores sanitarios no les garantizan ni condiciones de contratación estable ni siquiera equipos de bioseguridad, dando como resultado ya más de 5 médicos muertos por el COVID19, más de 300 contagiados y el inicio de renuncias de trabajadores que priorizan su vida frente a la precariedad laboral del sector salud.

El Salvador

La creciente deriva autoritaria producida desde la elección de Nayib Bukele como presidente de la República había provocado recientemente que este mandara al ejército a tomarse el congreso del país, con el fin de presionar a los congresistas para que sesionaran y aprobaran un millonario plan de seguridad. No extraña entonces que en medio de la pandemia las medidas que tomara este político hayan manejado el mismo tono: las últimas semanas tomó la decisión de cerrar todos los comercios e impedir la salida de las casas a las personas de la ciudad de La Libertad, como un castigo colectivo luego de que no se cumpliera de forma estricta la cuarentena obligatoria. Así mismo, ha insinuado que cerraría el congreso para prevenir el contagio de coronavirus, sin embargo el que en este espacio se adelantaran discusiones que buscaban vetar algunas de sus acciones podría ser la verdadera razón detrás del deseo de cerrarlo. Y para completar sus medidas autoritarias, ha mandado a encerrar sin ver el sol a presos del país, violando gravemente sus derechos humanos solo para ganar popularidad como un mandatario que “responde a la criminalidad”.

Solidaridad desde los pueblos

A pesar de todas estas medidas autoritarias, también dentro de los países se empiezan a notar respuestas de apoyo mutuo desde la gente, sea desde lo personal o colectivo para enfrentar la crisis provocada por la pandemia. Por esto en siguientes entregas Virginia Bolten documentará la respuesta desde los pueblos a la pandemia. No todo es autoritarismo cuando en los barrios, favelas y campos se cuida la gente entre sí.